Europa Press
El Gran Colisionador de Hadrones o 'LHC' ha logrado esta madrugada un nuevo récord mundial y se ha convertido en el acelerador de partículas más potente del mundo, por delante del Tevatron estadounidense, según informó hoy la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en inglés).
Así, a lo largo de los 27 kilómetros de circunferencia se ha producido la colisión de protones más rápida de la historia, a una energía que roza los 1,18 teraelectronvoltios (TeV), a primera hora de esta mañana; una cifra que supera el récord de 0,98 TeV del Tevatrón del Fermi National Accelerator Laboratory de Chicago en 2001. De hecho, en 2010 el CERN espera que los choques entre partículas alcancen una energía de hasta 7 Tev, por lo que este avance ha supuesto un "importante primer paso" para la actividad del LHC este próximo año, indica la organización.
Este avance se ha producido diez días después de que volviera a ponerse en funcionamiento. Concretamente, está instalado en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia, a una profundidad que oscila entre los 50 y los 150 metros entre la cordillera del Jura, en Francia, y el Lago Ginebra, en Suiza.
El aparato provocará colisiones frontales entre dos haces de partículas del mismo tipo, o bien protones, o bien iones de plomo. Los haces se crearán en una cadena de aceleradores que ya existen en el CERN, y después se inyectarán en el 'LHC', donde se moverán en un vacío comparable al del espacio sideral. En ese momento, los imanes superconductores, que funcionan a temperaturas bajísimas, guiarán los haces alrededor del anillo.
Por otra parte, pero también en el ámbito de las ciencias y más concretamente en la astrofísica, un equipo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral ha descubierto un agujero negro creador de su propia 'galaxia madre'. Esto podría dar respuesta a la siempre presente incógnita de ¿qué vino antes: el huevo o la gallina? En este caso, si vino primero la galaxia o su agujero negro, ya que, según ha informado la institución, "el estudio sugiere que los agujeros negros súper masivos pueden desencadenar la formación de estrellas y, así, construir sus propias galaxias madres". Este eslabón también puede explicar por qué las galaxias que albergan agujeros negros más grandes tienen más estrellas.