Finalmente, el Congreso ha aprobado la petición de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC) que insta al Gobierno Central a quitar los crucifijos de todos los colegios públicos, basándose en la jurisprudencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que asegura que éstos símbolos religiosos son "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de religión de los alumnos.
Las reacciones no se han hecho esperar. Asociaciones religiosas como CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos) han anunciado que "desobedecerán" la eventual norma que imponga la retirada de los crucifijos de los centros educativos, ya que "con esta propuesta el gobierno usurpa el derecho de los padres a educar conforme a sus principios y convicciones, algo que reconoce la Constitución Española y cualquier Estado de Derecho". Asimismo, el presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha calificado de antidemocrática la decisión del Congreso.
El PSOE apoyó desde el principio la propuesta de ERC y Ángel Gabilondo, ministro de Educación, aboga por impulsar una Ley de Libertad Religiosa que contemple la situación social y la pluralidad. Por su parte, María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular, se pregunta si "el PSOE va a prohibir también los belenes y las cabalgatas de Reyes Magos".
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